La Llama Eterna

La Llama Eterna
Dedicada a los partisanos que el 6 de Abril de 1945 expulsaron al invasor fascista de Yugoslavia. En el muro se recoge la participación de las brigadas de diversos orígenes,bosniohercegovina,croatas,montenegrinas y serbias que participaron en la triunfal ofensiva. El ideal, la victoria y la muerte les unieron en el pasado. Hoy el recuerdo sigue vivo en Sarajevo, a salvo del nacionalismo intoxicador ¿Hasta cuando?

viernes, 4 de noviembre de 2011

Los refugiados( serbios) invisibles

Eduardo J. García.

Los números no mienten reza un recurrente aforismo.Aunque si lo hace su  interpretación. Sobre todo cuando esos números se alejan de los focos de las cámaras y de las primeras planas.
Entonces los elementos que integran esa cifra parece que dejan de existir.
Se hacen invisibles.
Y lo son para todos, para los hogares que dejan a los que nunca volverán, para quienes les giran la cara tras años de convivencia , para los seres queridos que no se levantarán más o para aquellos que ponen kilómetros de tierra como placebo para su derrota y acritud.
Se estima, en casi un cuarto de millón de habitantes no albaneses  quienes han abandonado la provincia serbia de Kosovo y Metohija.
Y seguirán haciéndolo mientras  la tensión cuando no el terrorismo, remita en una zona  “protegida” por miles de soldados de la KFOR o hasta que  el UCK  vea su  objetivo fundacional cumplido, el de un Kosovo sin minorías y  con su independencia legitimada por quienes lo patrullan.


Durante nuestro periplo por tierras  serbias a las cuales nos ha llevado la realización del documental “Yugoslavos” hemos sido testigos de todo ello.
Gracias a la reiterada y  desinteresada ayuda de Ana Divac, la presidenta de la Fundación Divac  que se encarga de suministrar material escolar entre otras ONG  a los niños residentes en el campo, pudimos  visitar el campo de Pancevo.
A unos veinte kilómetros de la pujante Belgrado nos dimos de bruces con la cicatriz ignorada de la guerra civil yugoslava.
324 personas originarias de las repúblicas de Bosnia, Croacia, y de la provincia de Kosovo conviven en  desvencijados barracones provisionales en los que muchos de ellos  llevan décadas. Los refugiados más veteranos datan de  1992  el mismo año en el que se habilitaron las instalaciones.
En la época en la que saltó a los periódicos de medio mundo  cómo la limpieza étnica no era exclusiva de ningún bando y la sufrían  los civiles serbios en los pueblos bosnios y en la Krajina croata, la ayuda internacional alivió la difícil situación de un país que estaba sufriendo el embargo más duro jamás decretado por la ONU mientras acogía un ingente número de desplazados.
Hoy en día para su vida diaria dependen casi exclusivamente de las ayudas de Serbia, un estado pobre que cuenta con pocos recursos para fines sociales, y del apoyo puntual de la cruz roja danesa que sigue colaborando, en contraste con el resto de organizaciones que se fueron al decaer el interés informativo y las posibles contraprestaciones políticas.
Nos dice el responsable del campo  que el Comisariado de trabajo (gubernamental) trabaja con el objetivo prioritario de facilitar material para la construcción de casas en el campo (ya que gran parte de la población es originaria de zonas rurales) cuando puedan independizarse. Hacia esa dirección se enfocan los esfuerzos; a que la gente abandone el campo y  gane la ciudadanía serbia con su autonomía económica pero  las actuales circunstancias  socioeconómicas (el sueldo medio nacional es de 300 euros) no resultan demasiado propicias.
Algunos, los menos se fueron, otros muchos prefieren la seguridad del campo a la ciudad, pero que lo que dejaron atrás está todo perdido concluye el encargado.
La mayor parte de los que dejaron el campo tuvieron como destino el Canadá, Australia, o Suecia.
Hubo  casos aislados de familias que volvieron a Bosnia. Nadie lo hizo a Croacia o Kosovo.
El estado se encarga de proporcionarles techo, comida y una tarjeta sanitaria que les otorga atención médica gratuita.
Tiempo atrás existía  un servicio sanitario que comprendía un médico y una enfermera  pero les fue retirado al mismo tiempo que regresaron al campo las personas que eran tratadas por problemas psicológico-psiquiátricos. No obstante hay que decir que los refugiados tienen transporte gratuito hasta el cercano ambulatorio de Krnjaca donde son atendidos.
Visitamos sus áreas comunes que nos fueron enseñadas con la mejor de las voluntades; su  comedor, la cocina en la que preparan comida gratis para todos, a quien no puede acudir por su propio pie  o así lo prefiere se la llevan a su “casa”. A continuación vimos la  obsoleta sala de calentadores y una lavandería. Todo ello conforma una triste y gris imagen de postguerra.
 Hay gentes de todas las edades, niños que son escolarizados fuera del recinto y jóvenes que realizan trabajos de subsistencia sin que ninguno de ellos haya alcanzado el grado medio en sus estudios. El envejecimiento de la población  se va acusando poco a poco. Los aparatos de diálisis tienen una fuerte presencia entre la población madura.
Esto tiene  su consecuencia en el panorama laboral y en el estatus. Ya que la dependencia de la ayuda comporta el estatus de refugiado. A pesar que absolutamente  todos los vecinos del campo de Pancevo  son de origen serbio.
No tenemos cifras que barajar, no nos fueron facilitadas. Desconocemos cuanta gente comparte su misma situación y destino en todo el país. Sí sabemos que existen  bastantes más campos como este repartidos en la república.
 Resulta muy complicado  dar con un número que categorice la secuela más lacerante para Serbia de la desintegración yugoslava.
Del mismo modo es imposible clasificar a las personas que dejaron sus casas como refugiados, huidos o emigrantes. Cada persona del campamento tiene una historia, siempre triste, que sólo les pertenece a ellos y a su recuerdo.
Precisamente por eso la aceptación de su existencia es tan importante y lo es, no sólo para ellos y  para la nación a la que pertenecen, sino para todos , evitemos  volver a darles la espalda. No tras veinte años.
Porqué hay algo peor que la invisibilidad: el olvido.



2 comentarios:

  1. Interesante el articulo.
    Un tema interesante que me gustaria mencionar, es el tema de los apatridas, que creo que va muy de la mano.

    Conozco a muchas personas, refugiados de Kosovo que al dejar sus casas fueron a destinos como Serbia o tambien Montenegro.
    Pues hoy en dia mas de una decada despues de la guerra, aun no tiene la ciudadania del pais de acogida. La declaracion universal de los derechos humanos(1948) dice, que dar la espalda ha personas en esta situacion es considerado un crimen y los paises a los que los refugiados llegan, tienen la obligacion de darles una ciudadania en el caso de que no tengan una.

    Por ejemplo Montenegro lleva haciendolo durante mucho tiempo(especial mente desde despues de la independencia), simplemente para evitar que ciudadanos Serbios tengan derecho al voto, o a trabajar, o a pedir un credito...

    "El nivel de avance de una civilizacion/sociedad se mide al mirar el modo en el que se trata a los miembros mas debiles."


    Todos estos problemas y secuelas son culpa de occidente:

    Muchos paises pobres en el este son mas civilizados que paises ricos del oeste, incluso hoy en dia.

    Occidente ademas de estar sin civilizar a perdido mucho en humanismo y en respeto, simplemente es una maquinaria economica donde las gentes son piezas de recambio desechables.

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  2. Los resquicios de humanidad( bien entendida, nunca como debilidades) hacen al hombre lo que debería ser y nos enseñan a amar la libertad y la dignidad por encima de todo. Si eso esta siendo desterrado, no podemos hacer otra cosa que rechazarlo.
    Decir occidente es desde hace ya algunos años decir mercado libre,etnocentrismo ,hipocresia y coproraciones.
    Lo lamentable es constatar en que se ha convertido los que ayer fueron sus rivales.

    Saludos y gracias por tu reflexión sobre los apátridas, es un problema que atañe a millones de personas en el mundo y que a nadie parece importarle.
    Profundamente injusto e inhumano.

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