La Llama Eterna

La Llama Eterna
Dedicada a los partisanos que el 6 de Abril de 1945 expulsaron al invasor fascista de Yugoslavia. En el muro se recoge la participación de las brigadas de diversos orígenes,bosniohercegovina,croatas,montenegrinas y serbias que participaron en la triunfal ofensiva. El ideal, la victoria y la muerte les unieron en el pasado. Hoy el recuerdo sigue vivo en Sarajevo, a salvo del nacionalismo intoxicador ¿Hasta cuando?

sábado, 24 de diciembre de 2011

20 años del cataclismo soviético

Eduardo J. García.
“La transición capitalista representa la catástrofe más grande sufrida nunca por una sociedad industrial en tiempo de paz.”
Aleksandr Solzhenitsin
“La desintegración de la Unión Soviética fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX.”
Vladimir Putin
El 25 de Diciembre de 1991  Mijaíl Gorbachov anunció su  dimisión como Presidente de la Unión de República Socialistas Soviéticas.
La hoz y el martillo fue sustituida en las torres del Kremlin por la bandera rusa, como símbolo último de la victoria del nacionalismo y de la patética agonía del aparato comunista.


74 años de un régimen que llenó de ideales millones de corazones, de un hipotético modelo social, económico y político que no sólo debía competir con el capitalismo sino derrocarlo en base a la justicia social y a la dignidad proletaria. De un sistema cuyos logros y conquistas sociales han sido copiados y en gran parte diluidos por los países occidentales que fueron y  son sin duda los grandes beneficiados de los logros obtenidos con la revolución rusa y la apocalíptica victoria contra el fascismo.
El añorado Peter Gowan nos dejó una muestra de su portentosa inteligencia de impecable razonamiento y providencial:
“Sin la existencia de la Unión Soviética, el estado de Bienestar europeo será gradualmente desmantelado”
Son evidencias incontestables a pesar del revisionismo y de una clara voluntad anglosajona y eurocéntrica de despreciar los éxitos de la gran potencia  que intentó labrar su propio camino y  cuya heredera Rusia  sigue intentando establecer una Eurasia alejada de los  centros de poder mundiales.
Obviamente esto no es muy bien valorado por  los medios de comunicación,  ni por la presión militar del gobierno Obama con su despliegue armamentístico, leáse “escudo antimisiles” a las puertas de Rusia, a la que dice defender y cuyos créditos electorales a buen seguro sabrá utilizar Putin en las próximas y esperemos reñidas elecciones.
74 años asociados a las inolvidables imágenes de la toma del Palacio de Invierno de mano del genio Sergei M. Eisenstein y su Octubre, al realismo socialista,  a Gorki, Shólojov y Platonov,a los imponentes desfiles militares en la Plaza Roja, a la ayuda internacionalista,  a la toma de Berlín, al Sputnik, a Gagarin, Tereshkova,  y la estación espacial Mir .
Además de   tantos y tantos éxitos cosechados en el mundo de las artes y de las ciencias, a una educación y cobertura sanitaria infinitamente superiores a las que poseen la mayor parte del mundo incluyendo muchos de los antiguos países del bloque socialista.
No obstante es imposible olvidar que el despiadado poder instaurado por Stalin siempre acompañó a la Unión Soviética pese a reformas posteriores. La URSS fue también la tumba de sueños, ideales, y de millones de  comunistas  que fueron  sepultados  por paladas de cal, gulags y balas en la cabeza.
 ¿Pero que impulsó el desmoronamiento soviético?
Con el 20 aniversario de su hundimiento sufriremos un aluvión  de artículos, reportajes y documentales. Nos repetirán una y otra vez la misma historia. Que si los gastos de la  carrera armamentística, los deseos democráticos de la sociedad??????, el amanecer de los pueblos oprimidos por el yugo comunista, la crisis económica, la retirada de Afganistán , el golpe de estado contra Gorbachov, el modelo productivo, bla, bla,bla…
Serán pocos los que nos explicaran como Yeltsin, el heroico y decidido político que cambio la bandera del PCUS para envolverse en nacionalismo ruso fue solamente el mayor aprovechado y beneficiado de la situación, en ningún caso el detonante.
Su absoluta preponderancia sobre la figura del débil Gorbachov le llevó a destruir la Unión Soviética en la reunión  de Belovezhie el 8 de Diciembre en la cual los presidentes regionales empezaron el reparto del pastel abjurando del socialismo, manteniendo sus puestos de poder sobre las ahora repúblicas independientes y desmantelando la posibilidad de unas relaciones comerciales y culturales sólidas al cambiar la URSS por la CEI, un cascarón vacío sostenido por las arcas rusas.
Pero posiblemente menos aún o nadie recordará la descomposición étnica y territorial que se produjo en 1988 entre Armenia y Azerbaiyán  que condujo a una guerra todavía latente. Tampoco se hablara del experimento económico de medidas capitalistas que pusieron en marcha los dirigentes de las juventudes comunistas desde 1986 impulsadas por la Perestroika  que serían el vivero de grandes fortunas y futuros oligarcas.  Ni del desastroso programa de los 500 días que con colas quilométricas y almacenes y farmacias desabastecidos hizo que Gorbachov fuera uno de los personajes más  odiados de Rusia, mientras era admirado en Occidente por permitir la reunificación alemana, tolerar la independencia unilateral de las repúblicas bálticas, ceder en la gravosa carrera misilística y poner las bases para un programa de desindustrialización que culminaría  Yeltsin y sus gobiernos.
Por supuesto la idea de que China fue el contrapeso ideal  a la URSS buscada por las inversiones occidentales y la apertura del  mercado oriental no será ni mencionada.
La URSS había perdido la carrera de la tecnología informática y de bienes de consumo, la crisis era acuciante, el descontento militar era enorme tras la derrota afgana y la dejación intrafronteriza  terminaría con el estallido de varias guerras.
 El gobierno soviético estudiaba seriamente pedir más créditos y fondos a los organismos occidentales. Indudablemente eran momentos muy dramáticos, de difícil equilibrio. No obstante el 17 de Marzo de 1991 se convocó un referéndum en la URSS o lo que quedaba de ella, los bálticos, Moldavia, Georgia y Armenia no participaron, en el cual se formuló la supervivencia de la URSS bajo reformas. El 80% voto a favor.
Pero la inoperancia de Gorbachov seguido por un partido que no creía en sus reformas, lastrado por un golpe del que aún queda mucho por saber, y por un cambio de chaquetas de comunistas de línea dura a nacionalistas neoliberales pasmoso que tuvo también su claro equivalente en Yugoslavia. ¿Por qué no a un socialismo de “rostro humano” o a una socialdemocracia?
La Glasnost murió con la URSS. La pluralidad, el reconocimiento de culpas y errores del pasado, la libertad de pensamiento y la multiculturalidad no tuvieron continuidad formal en ninguna de las repúblicas que  enseguida adquirieron rasgos despóticos, fueran de signo nacionalista o islámico. La discriminación sufrida por la población eslava por parte de letones y estonios es desde luego el talón de Aquiles, uno más, del supuesto hombre fuerte ruso, Vladimir Putin.
La explosión creativo-artística de los ochenta palideció ante el sálvese quien pueda de las privatizaciones, las estafas piramidales, las mafias, la inflación galopante y una criminalidad desbocada que afectó a todos los segmentos de la sociedad.
De hecho las cifras del PIB soviético y las cifras productivas de su ineficaz agricultura de 1991 aún no han sido superadas por las de sus herederas. Hecho muy revelador de las prioridades  y capacidades reales de quienes acometieron la transición al capitalismo.
“No tuvimos en cuenta  que desmantelar el aparato comunista  también significaba desmantelar el estado. Hemos contribuido a crear un desierto institucional en una cultura del engaño, de economía sumergida, de rapiña, de los privilegios heredados de los comunistas”.
Palabras de Michael Camdessus sobre Rusia. Exdirector del FMI.
El Sida, la tuberculosis se multiplicaron por 15 en lo que había sido la antigua Unión Soviética.
El sistema educativo, uno de los baluartes del socialismo se derrumbó, las redes asistenciales, las pensiones,  destrucción de millones de puestos de trabajo. Todo se desmoronó. Centenares de miles  de víctimas por guerras espurias, millones de desplazados, fronteras  artificiales cuya inviolabilidad ha sido avalada por la OSCE y la Comunidad Internacional pese a que durante la URSS se cambiaron más de 90 veces.
Y todo por que la Unión Soviética era inviable e incapaz de sobrevivir en la nueva era.
Un país cuyo gobierno nació en medio del peor frente de la Primera Guerra Mundial, que conllevó una revolución que se convirtió en una devastadora guerra civil con ramificaciones e intervenciones internacionales.  Bloqueo económico. Hambrunas espantosas.
Una forma de gobierno que fue vista como la única alternativa viable y realmente opuesta al fascismo que despertó simpatías entre las clases trabajadoras de todo el mundo. Una unión que resistió las purgas estalinistas, la invasión más despiadada y cruel de la historia de la humanidad que no en vano y con todo el derecho es llamada guerra patriótica,  que se mantuvo con la durísima  crisis del petróleo y Breznev,  que supo lidiar con  serios conflictos fronterizos con China que casi desembocan en una guerra.  
Por no hablar de los desastres ecológicos y humanos de Chernobyl y el Mar de Aral. Y todo para ser vencida por USA, los escaparates luminosos y la libertad del pueblo. Es un lema difícil de creer e imposible de vender hasta para el más avezado y goebbelsiano propagandista. Pero lo han conseguido.
Y lo peor del caso, además del sufrimiento deliberadamente ignorado de los 25 millones de rusos que han quedado fuera de sus fronteras o de los diez millones de personas desaparecidas en Europa Oriental durante la época de aplicación de la terapia de choque según la ONU, es que nadie parece cuestionarlo, ni buscar las causas, las verdaderas y complejas, no las complementarias o folclóricas que todos sabemos recitar de memoria.
Los ejercicios de geopolítica, el encadenamiento de errores de todos los actores requieren un esfuerzo y una honestidad intelectual que pocas voces quieren brindarnos, pero que sí  existen y el ignorarlas nos convierte en cínicos seguidores de esa horrible máxima:
“La historia la escriben los vencedores”.

Gloria eterna a los héroes de la Unión Soviética.




Gorbachov habla de limpiezas étnicas y nacionalismos.

Aunque considero a Mijail Gorbachov como uno de los máximos responsables de la desintegración de la Urss me es inevitable rememorar aquello de que el camino del infierno esta empedrado de buenas intenciones.
Su apoyo a la democracia y a las manifestaciones actuales le están suponiendo amenazas y descalificativos, incluso la publicación de una supuesta biografia "autentica" por parte de los progubernamentales, indican una integridad que no supo encauzar en la toma de decisiones y en la creación de un modelo estable de gobierno y gobernanza. Pero era la figura de un presidente fuerte la que se necesitaba en la URSS, no la de otro Vaclav Havel.


Como certeras y afiladas fueron estas palabras,signo de una honestidad intelectual tan excepcionales hoy en día, que por supuesto cayeron en saco roto:

" ¿Por qué no restaurar las relaciones viables entre todos los países?

Negación de los valores comunes y de una convivencia arraigada siglos antes del sistema socialista del que se renuncia con la destrucción de una historia de lazos compartidos".

A lo que añadío saliendo de los límites territoriales de la Urss:

" La desintegración de Yugoslavia , que la Comunidad Internacional no fue capaz de preveer, se ve acompañada de una guerra encarnizada que sólo podemos calificar como demencial.
Vemos como proliferan por todas partes las limpiezas étnicas, primero de forma lenta e indirecta ( cómo en los países bálticos) o de forma extremista, más violenta( como en los Balcanes, el Cáucaso y en Asia Central)
Todos ellos están vinculados u originados por la activación incluso explosión de la conciencia nacional y étnica que muy a menudo rompe con el sentido común, desdeña los evidentes intereses materiales de los pueblos y se opone a la tendencia del mundo moderno."

sábado, 10 de diciembre de 2011

Croacia, sí. Balcanes Orientales , no.

Eduardo J. García

No entraré en los orígenes etimológicos de la palabra, ni en las distintas visiones geográficas que se tienen, sea como península o como frontera étnico-histórico- cultural. Eso queda en manos de  los profesionales, tantas veces incompetentes y maniqueistas.
Puedo afirmar lo que es vox populi, que éste se ha convertido en un adjetivo de no demasiado prestigio que casi ningún pueblo de su ámbito quiere reconocer como propio. Esto por supuesto ha sido objeto de la tergiversación política.
Cuando uno lee la prensa de estos días, se encuentra a Eslovenia como país alpino, Rumania  centroeuropeo y Grecia, un agujero negro, ocasionalmente balcánico.
Bulgaria, Albania, Moldavia, la Turquía Europea ni siquiera merecen unas líneas más allá de las reprimendas del gobierno alemán a sus “socios” comunitarios. El resto ni eso.
Los Balcanes parecen hoy en día englobar únicamente a las repúblicas ex yugoslavas, y no a todas como señale anteriormente.
Y dentro de ellos, ha aparecido una nueva división, por si hubiera  pocas. Los Balcanes occidentales. Esta novedad ha sido acuñada a raíz de la adhesión de Croacia en el  club de los 27, ahora 28. ¿Hablamos de algo meramente geográfico o de otra  clara maniobra política?
 Parece razonable  sospechar de  ciertos tintes germánicos en su ideario, ¿quien sino?
El mismo día en que el tándem franco-alemán confirmaba  la realidad de una Europa de dos velocidades, en las que todas deben votar y asumir sus responsabilidades dentro del Parlamento europeo y de  su pacto fiscal consecuente pese a que sólo las que entren dentro del sistema monetario europeo tengan verdadero poder decisivo y peso dentro de él.
Inglaterra siempre tan pragmática ,aislada y atlantista se ha quedado extrañamente sola. Ni Dinamarca ni los gobiernos rumanos y húngaros han puesto objeción alguna.
Zagreb no está preocupada. Además de  haber visto por fin refrendado su anhelo de pertenecer a la UE que se hará efectivo el 1 de Julio de 2013, ha puesto plazo para su entrada en el euro. Será en 2020. Cualquiera de estas fechas se nos antoja lejana con la actual  incertidumbre sobre el futuro de la institución. Es evidente que si España o en menor medida Italia (ya que esta última da más garantías a los mercados con  un infame contubernio financiero por  gobierno) salen fuera del euro, la moneda se hundirá con él.
Pero nada de eso quita la sonrisa a la Primera Ministra Croata,Jadranka Kosor,  ya en funciones, vapuleada por los socialdemócratas en las elecciones para bien de la democracia croata. Sabe que pese a no ser ni de lejos una economía poderosa, ni cumplir con todos los requisitos ha sido admitido por todos los países europeos sin mayor problema. Tiene un padrino poderoso y un  vecino  “incómodo”. Uno puede pensar en que estos criterios ya se dieron con Grecia en el 81 para que no cayera en el campo comunista. Que no tengan ni siquiera un catastro oficial o una clase política más endogámica que los pitufos no fue óbice para su entrada.
Situación similar sucedió con Rumania y Bulgaria, dos países en los que las primeras elecciones fueron ganadas por los ex comunistas. Dos países que sufrieron una depresión económica dramática en sus siempre débiles económicas.
Ambos  tienen  una importancia estratégica vital para la pugna con el poder ruso, su influencia cultural, económica, cultural y los entramados gasísticos y petrolíferos.  No obstante la Ue no se ha olvidado de ellos y les ha concedido las ventajas que otorga el tratado de Schengen.
Pero, no. El caso croata es diferente. Son un país que apenas llega a  los cuatro millones y medio de habitantes. Su volumen y la voluntad austro-alemana de integrarlo no plantearán problemas presentes ni futuros a su adaptación.
Como afirma Kosor, Croacia ha vuelto al lugar que al que siempre han pertenecido, Europa. Por lo visto los Balcanes eran otro continente y Yugoslavia otro planeta.
 El premier entrante, Zoran Milanovic seguirá a rajatabla esta línea pues recoge el testigo de la ministra saliente. Obediente encaminará sus esfuerzos a la celebración de un inútil referéndum popular con nula vinculación  legal para la aprobación de la entrada de su país en la UE, que ya está decidida y cuyo resultado saldrá de antemano más favorable que las últimas encuestas en las que sólo convence a la mitad de los consultados.
Kosor se explaya en una lista de agradecimientos para conmemorar debidamente tamaño hito histórico, suponemos incluiría al Santo Padre, al espíritu Santo, a los alemanes con uno de los dogmas del HDZ, Danke Deutchland, y que se explicitó hasta llegar  al  lenguaje de vetusto régimen autoritario tan querido  por muchos croatas:
“A los veteranos de guerra que defendieron Croacia, a los desaparecidos y a los caídos en la guerra de la independencia croata contra Yugoslavia- Serbia de 1991-1995.”
¿Faltan estrellas?

A ellos les dedica este gran logro nacional. ¿También a Gotovina y a sus ex legionarios que en nada se distinguieron del carnicero serbio Arkan?
Conmovedor. Pero es ahora cuando damos con el hallazgo geopolítico en boca del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy :
Croacia es una pionera y prueba evidente de que el futuro de los Balcanes occidentales está en la Unión Europea. La Unión sigue comprometida con esta perspectiva”.
No se puede decir lo mismo de sus vecinos serbios, que otra vez han visto negadas sus aspiraciones, si bien con cortapisas, la voluntad alemana es evidente  por más reuniones y cumbres que se hagan.
Incluso hubo palabras de aliento para Montenegro. Bosnia, y Macedonia de ínfima importancia para Europa pertenecen a otra esfera de poder.
El gobierno serbio obsesionado, con su entrada en la UE ha supeditado todas sus líneas políticas a tal fin. La política sobre refugiados y sobre Kosovo ha sido sepultada bajo el aluvión europeísta bien representado en Belgrado por una Oficina informativa sobre los beneficios de la UE, omnipresente en los medios de aquel país.
Dije gobierno serbio pero es más adecuado hablar de Boris Tadic, el presidente  serbio como auténtico propulsor de este programa. Él sigue fiel a su idea, y despachó la negativa europea con palabras parecidas a las de Kosor, que si Serbia es tal y cual.  Nadie discute eso, y quien lo haga aun estando el país fuera de la UE sólo demostraría su ignorancia. A diferencia de Croacia no ha sido bombardeada ni mantenida bajo un cruel embargo por Europa. Tampoco los croatas han visto sino todo lo contrario, amputada su soberanía nacional. Y esas palabras parecen muy vanas, cuando está en juego la ya por sí limitada autoridad que Belgrado ejerce sobre Kosovo y Metohija ,  especialmente sobre el Norte, poblado mayoritariamente por serbios en los que menudean los enfrentamientos por la preponderancia del poder del UCK y de la OTAN sobre su capital nacional. La firma a todo correr de un acuerdo entre Serbia y el presunto gobierno Kosovar para un control fronterizo conjunto puede acabar resultando funesto para el futuro de esta provincia y la suerte de los miles de serbios que lo habitan.
Sienta un precedente que otorga legitimidad a las autoridades secesionistas, pues la propia UE dictamina sobre él y viene innegablemente tutelado por la OTAN que patrulla y hace o deshace fronteras, o lo intenta.
De ahí precisamente surge el enfado de Ángela Merkel. Se da la casualidad que la mayoría de los soldados heridos en los disturbios son alemanes. Sin duda una exquisita muestra de delicadeza política, el enviar a militares alemanes y austriacos a reprimir irredentos serbios. Hace falta tener gran visión política para ello. O simplemente demostrar la mayor,  la posición de dominio y abuso que se ejerce sobre este pueblo. Y especialmente en Kosovo, dónde los comandos alemanes dispararon contra serbios en Przen matando a varios civiles durante la guerra contra Yugoslavia.
Con la  guerra acabada  y  un  UCK campando  por sus respetos quemando ,atentando y asesinando civiles serbios cuando no cosas peores como el sádico negocio de tráfico de órganos , la Kfor no pegó un solo tiro.
Con un sector bancario dominado por los bancos griegos, con una total dependencia del gas y petróleo ruso, con una industria propia que será completamente desbaratada en caso de integración por no cumplir sus requisitos ,resulta cuanto menos discutible que Serbia no tenga otra elección que unirse a una Europa a la deriva que sólo puede rescatar Alemania y Usa, toda una garantía para el bienestar del pueblo serbio. Y si sumamos a todo esto que la entrada en la UE viene condicionada por lo que  ellos entienden como  estabilidad para  Kosovo,  es decir  la perdida total para Serbia de su provincia y el éxodo de sus gentes de sus hogares así como la humillación  final del reconocimiento de la independencia.
La desconcertante bandera  "nacional" de Kosovo.

Quizá entonces, una vez ya cumplidas todas sus obligaciones; entrega de “criminales” incluida, que a la postre no ha servido para otra cosa que la purga partidista. En ese hipotético  caso en el cual   las autoridades serbias resulten dignas de confianza, helo aquí a Boris Tadic  dando codazos por ocupar su lugar en la historia, puede que resultas de todo ello  incluso les llamen balcánicos occidentales y sean agraciados como candidatos para formar parte de la OTAN.