La Llama Eterna

La Llama Eterna
Dedicada a los partisanos que el 6 de Abril de 1945 expulsaron al invasor fascista de Yugoslavia. En el muro se recoge la participación de las brigadas de diversos orígenes,bosniohercegovina,croatas,montenegrinas y serbias que participaron en la triunfal ofensiva. El ideal, la victoria y la muerte les unieron en el pasado. Hoy el recuerdo sigue vivo en Sarajevo, a salvo del nacionalismo intoxicador ¿Hasta cuando?

domingo, 22 de julio de 2012

Bosnia, La Arcadia Multicultural

La difusión de una información parcial y falseada en medios, publicaciones y actos no es una novedad y menos aún en el caso de la guerra de los Balcanes.
El pasado jueves con motivo de la publicación del libro Bienvenido a Sarajevo hermano del periodista “bosnio” Boban Minic, se organizó la proyección de una película y conferencia a cargo del autor. Sin mencionar su evidente parcialidad, y al margen de su posicionamiento político que no es necesario discutir, el sr. Minic defendió algunas ideas chocantes.
Tras definir Sarajevo como la “Jerusalén de Occidente” e insistir en su gran multiculturalidad a lo largo de la historia en la que siempre convivieron en paz las diferentes culturas, el sr. Minic proclamó que la dominación turca en Bosnia trajo “un islam distinto del que todos conocemos del mundo árabe y se caracterizó por ser mucho más espiritual”. A cualquier persona con conocimientos mínimos de cultura general le resulta evidente que el Imperio Otomano no fue precisamente el símbolo de espiritualidad y menos aún si se compara con el Islam árabe. A diferencia de las  conquistas árabes que recogieron tradiciones culturales y científicas anteriores, las cultivaron y difundieron, el  Islam turco en los Balcanes se caracterizó por otros aspectos (imperio fuertemente militarizado, jenízaros, empalamientos…). Definir esta dominación como más espiritual no sólo es una barbaridad histórica, sino también un insulto. Cabría la posibilidad que el sr Minic sea una persona extremadamente desinformada, pero es dudoso teniendo en cuenta que se dedica profesionalmente a la información (él mismo se presentó como periodista de larga carrera radiofónica). En cambio es mucho más probable que su falseamiento de la realidad histórica sea consciente e intencionado en línea con la versión oficial de las autoridades bosnias y estimulada por las instituciones catalanas que le subvencionan.
A continuación el sr. Minic se refirió a la II Guerra Mundial en Sarajevo dando como ejemplo de buena convivencia interétnica durante el conflicto la salvación de un libro judío medieval por parte de un musulmán y un croata . Minic añadió que el hecho ilustra las buenas relaciones que siempre hubo en Bosnia antes de la última guerra. No sorprende que el sr. Minic haya elegido este ejemplo para reforzar su imagen de la Arcadia multicultural que siempre fue Bosnia. En esta imagen maravillosa no tienen cabida los cientos de miles de víctimas serbias, judías, gitanas y de otras nacionalidades que a diferencia de muchos croatas y musulmanes de Bosnia no actuaron como colaboracionistas. El sr. Minic prefiere ignorar que el régimen ustacha croata fue si cabe aún más sanguinario que el nazi y que muchos musulmanes de Bosnia integraron la 13ª división de montaña Handachar (con la que el mismo Izetbegovic había colaborado). Evidentemente hubo excepciones y es precisamente eso lo que Minic presentó como algo habitual, cuando la realidad mostró todo lo contrario.
Además el sr. Minic incurrió en numerosas contradicciones. El eje de su discurso: la multiculturalidad entró en contradicción con el localismo al negar que los habitantes de Croacia, Bosnia, Serbia y Montenegro hablen el mismo idioma. Al referirse a Kusturica (cuya película estaba planeada y a última hora se cambió por otro director más acorde a las circunstancias), Minic dijo que podía perdonarle todas sus ”locuras y tonterías”, declararse serbio, ortodoxo, etc. , pero no que dijera que habla serbio !!! A la pregunta si no se trataba de un mismo idioma (serbo-croata), el sr. Minic contestó que no, que no se llama así (visiblemente contrariado), que había un idioma bosnio, uno croata y uno serbio. A continuación dijo que bueno…, eran dialectos (“como el catalán y el mallorquín”), y que los croatas se inventaban algunas palabras, el bosnio tenía turcismos, y que los serbios….en fin…, los serbios….
Con el comienzo de la guerra empezaron a potenciar un dialecto de una región concreta de Serbia y a usar la “escritura rusa” (el sr Minic se refiere al cirílico), que hasta entonces no se había usado !?! No es casual que el sr Minic se refiera a este alfabeto como “escritura rusa”, es evidente la intención de hacer hincapié en las relaciones serbo-rusas.
  Pero lo impactante es que el sr Minic en su calidad de periodista haya olvidado un periódico leído en toda la ex –Yugoslavia : “Politika”, también publicado y muy leído en Sarajevo de antes de la guerra, y que desde su fundación a finales del siglo XIX siempre salió publicado en cirílico. Olvida (o prefiere olvidar) que en la educación en Bosnia los alumnos  aprendían y usaban indistintamente ambos alfabetos y que el cirílico desde su creación estuvo destinado a las lenguas eslavas. Pero muy a su pesar, y aún con los abundantes turcismos con los que la puedan llenar y llamándola como les guste, la lengua hablada por el sr. Minic y sus compatriotas bosnio-musulmanes sigue siendo una lengua eslava.
La culminación de los disparates llegó cuando se afirmó que los habitantes de Bosnia siempre fueron “bosnios” y que allí no hubo ni croatas ni serbios hasta el Romanticismo. Esta teoría, hecha a medida para que los musulmanes de Bosnia se sientan cómodos les otorga una identidad nacional de la que carecían. “Bosnio” corresponde a una designación territorial, “serbo-bosnio”, “croato-bosnio”, musulmán-bosnio”. Históricamente los musulmanes de Bosnia no tenían una nacionalidad definida, de modo que en las estadísticas poblacionales de la época titoísta tenían que declararse o serbios o croatas. Más adelante Tito decidió solucionar esta irregularidad creando la nacionalidad musulmana, además de la opción religiosa. Con el tiempo, los musulmanes de Bosnia han tratado de darle la vuelta a esta carencia de raíces nacionales. Esto lo han hecho ya presentándose como los verdaderos “bosnios” en contraste con los serbios “venidos de Serbia” y los croatas ”venidos de Croacia”, ya negándoles la identidad nacional a los serbios y a los croatas, afirmando que los tres pueblos son “bosnios”.
En definitiva, por el hecho que los musulmanes de Bosnia no tengan una nacionalidad, los otros pueblos de Bosnia tampoco deben tenerla.
Los ejemplos usados por el sr Minic para ilustrar la multiculturalidad bosnia no son ingenuos. Para conseguir una verdadera convivencia y una sociedad realmente plural es necesario reconocer el pasado, aunque no nos guste. Mostrar excepciones como hechos generales o directamente falsear la realidad no lo conseguirá.
En un momento Minic se escandalizó de que Dodik osara comparar la “Sarajevo – Jerusalén de Occidente” con Teherán. ¡Ya le gustaría a Sarajevo tener la amplitud de Teherán en todos los sentidos! Además a Izetbegovic como declarado admirador del Irán jomeinista le habría encantado la comparación.
El discurso del sr Minic es subvencionado y difundido por las instituciones catalanas que le dan cobijo y estimulan su visión provinciana y descaradamente falsa de la realidad actual e histórica, en la que su propio provincialismo nacionalista también se siente muy cómodo. Pero el provincialismo y la apertura de miras que requiere una sociedad para ser verdaderamente “multicultural” no son compatibles.

3 comentarios:

  1. Otro excelente artículo para combatir la intolerancia y el desconocimiento de la realidad Bosnia.
    Quienes promovieron y apoyaron la barbarie de la guerra tienen que justificar lo injustificable.
    Adelante con el trabajo.
    Saludos.

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  2. Te aconsejo que lo publiques en un medio que se llamar Tercera Información, se les puede enviar sin problemas artículos.

    http://www.tercerainformacion.es/


    Saludos.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu opinión y consejo que seguiremos.
      Las barbaries hay que detenerlas mucho antes que produzcan catastrofes sociales que acallen conciencias y aplasten la libertad de diferir.

      Saludos

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